lunes, junio 26, 2006
Sin Palabras!!!
Cada día es especial, el hoy es diferente del ayer y seguramente no se parecerá a mañana, y es por eso que cada veinticuatro horas se nos abre una nueva oportunidad para luchar, para hacer de cada día una experiencia diferente. Y no por ser diferente debe siempre ser buena, porque hay días en que quisieramos que las horas fuesen segundos para que se acabe lo mas rápido posible, sin embargo, alguna cosa se sacará de allí.
Ahora, cuando en frente de nosotros tenemos un día bueno, hay que sacarle el máximo provecho porque muy pocas veces se viven cosas tan intensas en tan poco tiempo.
Muy probablemente algunos de mis lectores lleguen hasta este punto de la lectura, porque voy a contar un acercamiento demasiado importante que tuve hoy con Dios y sé que algunos prefieren obviar este tipo de lecturas (cosa que respeto abiertamente), pero aquel que quiera leerla le puedo decir que fue impresionante lo que sentí, tanto que hasta este momento (1:29 a.m.) 14 horas después todavía tengo la sensación intacta dentro de mi.
Muchas veces he hablado aquí de lo bonitas y enriquecedoras que son para mí las misas a las que asisto regularmente, con unas ideas renovadas de lo que es la imagen de Dios, totalmente ajenas a la iglesia católica tradicional que imponía, reprendía y creaba temor en aquellos que se "atrevían" a ir a cualquier eucarístia.
Yo generalmente asisto a las misas de las seis de la tarde pero como hoy tenía que hacer otras cosas en la noche, decidí ir en la mañana, cosa que no había hecho antes porque no me gusta levantarme temprano los domingos, sin embargo como se cumplían 9 años de la muerte de mi tio-papá, tenía la necesidad de ir a la misa. Así que me levanté bien temprano y a pesar de que sabía que el día iba a estar lleno de recuerdos por la fecha, me sentía tranquila y bien conmigo misma y me fui a la iglesia.
Todo transcurría normal como siempre, pero en lo que el Padre Chulalo comienza la homilía, se centra en el tema de las tormentas que tenemos que enfrentar nosotros en nuestras vidas, y resalta el hecho de que lo importante no son tanto las dificultades que se nos presentan sino de que forma nosotros lo enfrentamos. Lo más importante en este caso es la forma como reaccionemos ante determinadas circunstancias de la vida.
Mientras escuchaba cada una de sus palabras, fui capaz de aceptar que en estos momentos de mi vida, mi tormenta principal es la SOLEDAD, es esa sensación de vacío que me quedó cuando me di cuenta que la palabra amor para mi no se encuentra disponible en estos momentos dentro de mi corazón, que el vacio es tan grande que no puedes llenarlo con nada. No existe nada que pueda hacerme sentir plena y lo peor de todo es que no es una sensación nueva, ni que me invadió justo en ese momento sino que no había tenido el valor suficiente como aceptar lo que me duele la soledad, lo que me duele que nadie sea capaz de amarme, que cada ilusión que decido emprender se me frustre en el camino y que vuelva a experimentar una y otra vez ese sabor amargo que deja el desamor. Allí comienzo a sentir lo endurecido que tengo mis sentimientos a raíz de eso, lo dura que me he vuelto muchas veces, colocando mi cara sonriente y siendo como siempre la que hace los comentarios graciosos, la que hace que sus amigos pasen un rato agradable, sin dejarme ni siquiera aceptar frente al espejo ni confesarle a mi almohada que la procesión la llevo por dentro.
De allí supero la primera etapa y es que acepto que tengo una tormenta dentro de mí, una tormenta que incluso desconocía o no quería ver, y me doy cuenta de lo mucho que me afecta, pero como siempre sucede lo importante dentro de la misa, no es que te des cuenta que tienes un problema sino que allí mismo estan las palabras justas que te guiarán para resolverlo, para que seas capaz de enfrentarlo y superarlo de alguna u otra manera.
En ese momento, escuchando cada una de las sabías palabras que nos regalaba el padre, mencionó que una de las cosas mas importantes para disipar los problemas de nuestras mentes en tomando decisiones, si no somos capaces de tomar decisiones nuestros problemas se convertiran en novelas eternas que solo nos conduciran por el sufrimiento y por la frustración por mucho tiempo.
Pienso, y me doy cuenta que mi soledad interna, que esa sensación de no ser valorada está dentro de mí y se me esta conviertiendo en algo propio de mi y eso no lo puedo permitir, y decido mientras corre la misa encontrar una posible solución para que eso no me continúe afectando...
Y luego me doy cuenta que no estoy sola, y se que es de ese modo, que nunca estoy sola pero que aún así esa sensación de no sentirme querida ni valorada por quien yo qusiera me tiene muy mal... Por lo que decido pedirle a Dios, que me llene de su amor de tal manera que yo pueda sentir que el así yo no tenga amor correspondido de la persona que este a mi lado, con su amor es suficiente, que yo sea capaz de sentirme completamente llena de amor solamente con su presencia dentro de mi corazón...
Llegando al final de la misa, comienza a circular por mi mente una película, en la que pude ver cada uno de los momentos que mi corazón se ha vuelto pequeñito porque alguien lo ha herido, pude revivir cada una de los momentos que me han causado dolor y que me han hecho sentir ese vacío del que les hablé, ese soledad inmensa dentro de mi alma... Reviví sensaciones, o mejor dicho las enfrente, y mientras esto sucedía no pude evitar comenzar a llorar de una manera como hace mucho tiempo no lo hacía, era incontrolable la forma en que salían lágrimas de mis ojos, no había manera alguna de detener todo aquello que estaba pasando por mi mente en ese momento... Ya para ese momento el padre tenía la custodia con la hostia consagrada dentro de ella y estaba pasando entre las personas que se encontraban dentro de la iglesia... Siempre me ha sorprendido lo que uno experimenta cuando tiene la custodia frente a uno, pero nunca pensé que pudiera sentirse de la manera en que lo sentí...
Mientras le pedía a Dios que llenara mi vida de su amor, de tal manera que fuera capaz de sentir que si no tengo a más nadie que me ame, me sienta completamente plena con su amor y su presencia dentro de mí, sentí que una mano se posó sobre mi cabeza, y era Chulalo, quién guiado por Dios (estoy segura que fue así) se acercó hasta mi, y sentí ese abrazo tan necesitado por mí en ese momento... Sentí como se paralizada algo dentro de mi, fue como sentir mariposas en el estómago, y una presión indescriptible en mi pecho; todo esto sucedía y yo todavía no podía parar de llorar... Poco a poco me fue invadiendo una sensación de tranquilidad, y fueron mermando mis angustias... Pero estoy convencida que sentí dentro de mí por primera vez la presencia del Espíritu Santo.
Salí de la iglesia y decidir caminar un buen rato, caminar y pensar en cada una de las cosas que habían sucedido para mi; me doy cuenta que la solución de nuestros problemas la encontraremos dentro de nosotros siempre que permitamos que Dios viva en nosotros... Aún me queda mucho por pensar, aún me quedan muchas cosas por entender, pero de algo si estoy segura, y es hoy sentí dentro de mí la presencia del Espíritu Santo, y aunque es dificil de explicar y dificil de creer para algunos, lo importante es que yo creo que en eso, y es mi verdad!!!
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